Señor Jesús, quiero que seas luz en mis conocimientos profesionales y que sigas siendo el Señor de mi vida cuando tenga bajo mi cuidado esos seres humanos que necesitan de mi ayuda; gracias por hacer de mí una enfermera dispuesta a dar lo mejor de sí misma.
Gracias por ser tú el maestro, mi fuente de inspiración, mi guía, mi Señor.
Dame Señor Jesús vida en la salud que llevo a los enfermos, esperanza en las palabras de consuelo, camino en mis pasos para aliviar el dolor del otro, mi prójimo, mi paciente, mi hermano en Jesús.
Gracias por esta felicidad que me embarga hoy, gracias por fortalecerme en los momentos difíciles, cuando me vi angustiada y desesperada, gracias por tenderme tu mano y con tu mirada serena invitarme a intentarlo otra vez y a no desfallecer.
JESÚS enfermero de todos, yo te cuidaré en cada uno de los hermanos que sufren.
Bendice a todos los enfermos, fortalécelos en la enfermedad. Concédeme amar y ser generosa cuando cuide de ellos, dame paciencia para ayudar a los que sufren, fuerza y valor para ayudar a los que lloran, pero sobre todo continúa dándome amor y seguridad al ofrecer mi cuidado y por favor nunca permitas que por cansancio, negligencia o falta de gestión coloque en riesgo la vida de mi paciente.
Haz siempre Señor de mí una enfermera humilde, amorosa de su profesión y de lo que hace. No olvides Señor que quiero tenerte siempre cerca de mí, sobre todo en las noches que pasaré al lado de mis enfermos, vela conmigo señor.
Bendice a mis enfermos, mis seres queridos, mis profesores, compañeros y amigos y bendíceme a mí, yo también te bendigo SEÑOR JESÚS por siempre.